La Divina Pastora luce ataviada a la usanza hebrea para conmemorar la Natividad del Salvador, con el Divino Pastorcillo, en pañales, en su regazo. La Patrona de Capuchinos estrena el tul, donado por devotos, que enmarca su rostro y para la ocasión viste un vestido adamascado en color rosa y manto celeste, con un fajín confeccionado con galones y fragmentos de brocado antiguo, que se incorpora a su ajuar y ha sido realizado por una de sus camareras, María Hinojosa.
La Inmaculada Madre del Buen Pastor lucirá con este atuendo, como es tradicional, hasta la Fiesta Mayor de los Verdiales, Día de los Santos Inocentes. El día 28 de diciembre se conmemora el episodio de la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes I el Grande con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.
