Congregación

Historia

La Congregación de la Divina Pastora de las Almas de Málaga fue fundada en 1771 por el beato fray Diego José de Cádiz, tras la Cuaresma de ese mismo año, según él mismo revela en una carta manuscrita. Considerado el gran apóstol de la Divina Pastora, durante su estancia en la ciudad promovió la creación de esta Hermandad pastoreña con el fin de rendir culto a una advocación mariana que Andalucía ofrece al mundo tras la inspiración divina del padre fray Isidoro de Sevilla en la noche del 23 de junio de 1703.

Desde su fundación, la sede canónica de la Congregación es el templo del primitivo convento que la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos edificó tras tomar posesión, el 28 de febrero de 1620, de los terrenos donde se alzaba una histórica ermita dedicada a Santa Brígida, ubicada extramuros, en una loma al norte de la ciudad de Málaga.

La imagen de la Divina Pastora de las Almas, titular de esta Congregación, es una obra del primer tercio del siglo XVIII (ca. 1725-1730), atribuida por diversos historiadores del arte al escultor sevillano José Montes de Oca (1668?-1754). Su presencia en el convento capuchino de Málaga está documentada, al menos, desde el año 1741.

Pese a los duros avatares del siglo XIX, como la invasión de las tropas napoleónicas en 1810 y la Desamortización de Mendizábal en 1835, que obligó a los frailes capuchinos a abandonar el convento, la Congregación permaneció latente, procurando en todo momento mantener el culto a la imagen de la Divina Pastora de las Almas, especialmente mediante la celebración de su Novena en el mes de mayo.

A finales de ese siglo, el beato Marcelo Spínola, entonces obispo de Málaga, impulsó decididamente el resurgir del culto a la Divina Pastora y, en 1889, cedió el antiguo cenobio capuchino a la comunidad de monjas Clarisas, orden fundada por San Francisco y Santa Clara de Asís el Domingo de Ramos del año 1212. Con ello se perpetuó el carisma franciscano, tanto espiritual como fundacional, del templo que custodia a la Inmaculada Madre del Buen Pastor.

La proclamación de la Segunda República en 1931 y la Guerra Civil Española (1936-1939) supusieron un paréntesis en los cultos públicos a la Divina Pastora de las Almas, cuya primitiva imagen pudo ser conservada en clausura por las madres Clarisas. En 1948 se recuperó su tradicional Procesión de Alabanza por las calles del barrio de Capuchinos, del que es Patrona, y ese mismo año se reorganizó la Congregación bajo el impulso de José Claros López.

La segunda mitad del siglo XX estuvo marcada por la conversión del templo en iglesia parroquial, en 1950; la recuperación de las fiestas populares del barrio de Capuchinos en torno a la Novena a la Divina Pastora; y su especial vinculación con el mundo del deporte malagueño, del que también es Patrona.

En 2019, el Obispado de Málaga autorizó la apertura del expediente para la Coronación Canónica de la Divina Pastora de las Almas, al reconocer el profundo arraigo histórico y la intensa devoción popular que concurren en esta imagen mariana. La Divina Pastora fue coronada canónicamente por el obispo de la diócesis de Málaga, Mons. Jesús E. Catalá Ibáñez, el 5 de octubre de 2024, a las 12:22 horas, en la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación.

Impulsada por este hito de gracia y comunión eclesial, la Congregación de la Divina Pastora de las Almas de Málaga mantiene viva su misión de promover el culto a la Virgen María en su advocación de Madre del Buen Pastor, custodiar su patrimonio espiritual y participar activamente en la vida de la Iglesia. Vinculada a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, la Congregación avanza con renovado compromiso al servicio del Evangelio y de su barrio de Capuchinos.

«Aquí honramos a aquellos que perseveraron»

La leyenda del arco toral del templo es el lema de la Congregación​