El sueño de la Coronación Canónica de la Divina Pastora de las Almas estuvo presente en el pregón de las Glorias 2021, celebrado este segundo sábado del Tiempo de Pascua. El sacerdote Manuel Ángel Santiago, actual vicario episcopal para el Laicado y hasta hace poco delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, ha dedicado unas cariñosas palabras a la Patrona de Capuchinos. Del antiguo convento capuchino, primera piedra del barrio y sede canónica de la Congregación desde su fundación en 1771, dijo que es «memoria viva, de una Iglesia siempre en camino». Luego llegó toda una letanía de piropos a la Madre del Buen Pastor. El padre Santiago aseguró que «quien acude a su corazón inmaculado no queda defraudado» y no dudó en hablar de Coronación, ante una amplia representación de la curia malagueña, encabezada por el propio obispo de la Diócesis, Jesús Catalá; acompañado del vicario general, Antonio Coronado, y del delegado de Hermandades y Cofradías, Salvador Guerrero. Las palabras que dedicó a la Divina Pastora de las Almas se reproducen de forma íntegra a continuación:
«Jesucristo es el Buen Pastor que vive y camina con su pueblo, la verdad que nos hace libre. Capuchinos su templo a Santa Teresa y la Divina Pastora de nuestras almas es memoria viva, de una Iglesia siempre en camino.
¡Oh belleza barroca!, Pastora Celestial en apriscos de mil flores, de almas encendidas, de maternal ternura en quien se hace verdad, que quien acude a su corazón inmaculado no queda defraudado, tú nos conduces a Jesús y bajo tu amparo recibimos los consuelos en nuestra aflicción y los ungüentos de alegría. Entre jacarandas florecidas de una plaza con solera, el Rosario bendito de María, cadena que nos unes con Dios. Misterio de bodas donde la intercesión de la Pastora hace que el redentor el Pastor Divino convierta el agua en vino abundante de alegría signo de la pascua:
Pastora celestial, Pastora de Dios llena, Pastora Divina.
Pastora Espejo de Justicia, jazmín de pureza.
Mujer modelada por las manos de Dios,
Málaga ya sueña con verte Coronada por la Iglesia,
En corona de amor y frutos de vidas evangélicas.
A los pies de tu Seminario y de corazones sacerdotales yo te digo: Dios te Salve Reina y Madre,
Esperanza Nuestra y Reina de las familias.»