La investigación histórica de nuestras cofradías nunca se debe dar por concluida. Tal es el caso de nuestra Congregación y de la imagen de nuestra Divina Pastora, cuya fecha más antigua de presencia en el antiguo convento capuchino se había documentado en 1770, aunque la fundación de la Congregación no llegaría hasta 1771. Recientemente se ha retrotraído esta fecha a casi treinta años antes, gracias al testamento otorgado por Bartolomé Hurtado de Mendoza y su mujer el 6 de abril de 1741. En el mismo instituyeron una misa rezada en el Convento de Capuchinos a la Divina Pastora en la festividad de San Félix de Cantalicio, el 18 de mayo.
Este dato permite acreditar la presencia de la Virgen en el convento en ese año, lo que nos lleva a pensar que si en 1741 la Divina Pastora era objeto de estas manifestaciones devocionales en los protocolos testamentarios, su presencia anterior en el convento debería casi coetánea con la hechura de la imagen de Carolus de Hinojosa, datada en 1731, que conservamos en las salas capitulares de la Congregación. Este testamento ha sido localizado y analizado por nuestro hermano Juan Cristóbal Jurado Vela, al que agradecemos su desinteresada labor de investigación.