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La Divina Pastora, en el pueblo natal de fray Leopoldo de Alpandeire

La Congregación custodia una reliquia del fraile malagueño, que se guarda en el propio camarín de la Patrona de Capuchinos

Una reproducción de la Divina Pastora de Málaga recibe a todo el que llega a Alpandeire, el pueblo natal de fray Leopoldo (1864-1956). La devoción por este fraile capuchino, que entregó su vida a los más necesitados, trasciende las fronteras andaluzas. Por ello, la Diputación de Málaga ha impulsado un Centro de Interpretación sobre su figura en la propia localidad. Se trata de un edificio al que se accede a través de la carretera MA-7302 (de Alpandeire a Faraján) y que dispone de un espacio expositivo y de proyección audiovisual sobre la vida del fraile, así como de salas para acoger encuentros y actividades, además de una zona de culto. En el tótem que anuncia este monumento a su memoria, se representa a la Divina Pastora, ataviada como en su Procesión de Alabanza de 2019.

 

Esta pequeña localidad de la Serranía de Ronda, a 130 kilómetros de la capital malagueña, de apenas 246 habitantes según el censo de 2016, vio nacer a uno de los grandes apóstoles pastoreños: Francisco Tomás de San Juan Bautista Márquez Sánchez, conocido popularmente como fray Leopoldo, declarado beato por la Iglesia el 12 de septiembre de 2010. Además del Centro de Interpretación, en Alpandeire puede visitarse su casa natal, situada en el centro del pueblo, un inmueble restaurado con diferentes estancias diferenciadas, como la habitación del religioso, la de sus padres, el salón y una pequeña capilla realizada en homenaje al beato. También alberga uno de los monumentos más representativos de la comarca: la iglesia de San Antonio de Padua, construida entre los siglos XVII y XVIII y donde recibió su bautismo fray Leopoldo. Este templo franciscano se conoce como La Catedral de la Serranía, todo un tesoro patrimonial único en la provincia.

Fray Leopoldo, junto a otros frailes capuchinos en el convento de Granada.

Cuentan que fray Leopoldo decidió dedicarse a la vida religiosa después de haber oído predicar a dos capuchinos en la ciudad de Ronda, durante la beatificación de fray Diego José de Cádiz, en 1894. Precisamente, el fundador de la Congregación de la Divina Pastora de Málaga en 1771. De ambos beatos custodia la Congregación sendas reliquias que se guardan en el camarín principal del antiguo convento capuchino malagueño, donde recibe culto la Patrona. En 1900 partió de Alpandeire para emitir sus votos en Sevilla y recibió como nombre religioso el de fray Leopoldo. Tras destinos sucesivos en Antequera, Granada y de nuevo Sevilla, el 21 de febrero de 1914 fue trasladado definitivamente al convento de Granada, donde residió durante 42 años y la mayor parte del tiempo desempeñó la función de fraile limosnero. La suya es una vida de entrega a los demás y por ello, un referente franciscano en el que mirarnos todos los pastoreños.

Mural pastoreño de la cripta de fray Leopoldo, anexa al convento capuchino de Granada.

· Festividad de fray Leopoldo de Alpandeire en Málaga: exposición pública de su reliquia el 9 de febrero